Cerveceada en honor al Barón Rojo

Esta nota zafó del control del mes (nota que no sale dentro del mes de producido el evento, sale a principios del mes siguiente jibarizada) por no ser de Vinos.

A mi amigo Roby se le ocurrió largar con un evento a realizarse en cada aniversario de la desaparición del Barón Rojo. Él es un amante de la apasionante historia del reconocido aviador militar alemán Manfred von Richthofen y pensó que el mejor homenaje es juntarse a tomar cerveza... JaJa!! Y es que lo de tomar cerveza se originó en Alemania y este gran piloto es un héroe militar para ellos.

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El Barón Rojo
Freiherr (título de nobleza equivalente al de barón) von Richthofen, derribó 80 aeroplanos enemigos (fue el récord) durante la Primera Guerra Mundial, antes de ser abatido el 21 de Abril de 1918 en el norte de Francia. Tenía 25 años...

Lo de Barón Rojo se lo ganó porque su avión estaba pintado de ese llamativo color, para que sus rivales lo reconocieran: sus enemigos le temían y mucho. También era respetado por permitír escapar a sus víctimas malheridas.

Réplica del Fokker Dr.I, con el que voló sus últimos meses

El avión con el que quedó identificado, es este triplano de Anthony Fokker de la foto de arriba, aunque con el que más enemigos bajó, fue con un biplano Albatros D.III de Flugzeugwerke (como el de acá abajo).

Los pilotos acostumbraban tener y llevar en vuelo una mascota. El Barón Rojo tenía un perro dogo alemán arlequín (Gran danés blanco con manchas negras) llamado Moritz, que en el último vuelo escapó con sólo con una oreja cortada.

Aunque nunca quedó claro quien lo mató (un piloto canadiense o un artillero australiano), fue enterrado con todos los honores militares por soldados británicos y australianos, y en su lápida (se encuentra en el mismo lugar donde cayó) se lee:

Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz


Vamos a la reunión
La cita fue en la nueva casa de Roby, en el barrio El Trébol, Ezeiza.
Entre las comodidades propias de lo que era una casa quinta, disfrutamos de una Pata de Cerdo cocida en un Horno de Barro.

Acaramelada con mermelada de frambuesas y también rociada durante su cocción con cerveza rubia.

Fue servida en lonjas bastante finas, acompañadas con Puré de Papas y una Reducción de Malbec.

Las cervezas
Pasaron estas que listo:
Pilsen cerveza especial $ 9,40 (330cc). $ 28,50/Litro. Alc. 5,1%. De Uruguay.
Estrella Galicia Premium Lager $ 8 (330cc). $ 24,25/Lt. Alc. 4,7%. De La Coruña, España.
Beck's Gold Premium Lager $ 10 (330cc). $ 30,30/Lt. Alc. 4,9%. De Bremen, Alemania.
Otro Mundo Nut Brown Ale $ 11,70 (330cc). $ 35,45/Lt. Alc. 6,0%. De San Carlos, Santa Fe.
Antares Barley Wine $ 13 (330cc). $ 39,40/Lt. Alc. 10%.
Patagonia Amber Lager $ 19,30 (740cc). $ 26,10/Lt. Alc. 4,5%. De cervecería Quilmes, con lúpulo de Río Negro.
Antares Kölsch $ 18 (660cc). $ 27,25/Lt. Alc. 5,0%. Lager.
La Trappe Quadrupel $ 50 (750cc). $ 66, 65/Lt. Alc. 10%. Strong Ale trapense de Holanda.
Grosa Ale $ 52 (660cc). $ 78,80/Lt. Alc. 9,0%. De Potrerillos, Mendoza (de Santaolalla).

La que más me gustó (así como a varios, no sé si a casi todos) fue la Antares Barley Wine. Una cerveza potente que no es para cualquiera, ni para tomar sola. Tiene complejidades.

La La Trappe Quadrupel también estuvo entre las mejores, pero el costo le juega en contra.

Entre las que me defraudaron, está la Beck's Gold (la llevé yo), que no tiene nada que hacer contra su hermana verde.
Así como la Grosa Ale por su altísimo precio (es buena, perooo...).