Cuando arranqué este blog no sabía nada de blogs pero había leído de ellos -en diarios o revistas, fijense que loco-. También estaba trabajando como vendedor para Finca La Anita y eso podía plantear dilemas éticos o discusiones.
Pero no pasó porque duré poco. Lamentablemente.
Me dio mucha bronca que me echaran -por lo que había logrado en tan solo 9 meses- y el que yo fuera el elegido para bajar sus costos. Por mi parte, estaba muy tranquilo que hice mucho más de lo previsto, a pesar que la paga nunca llegó a las promesas.
Agarré un quilombo padre, lo ordené, depuré las listas de clientes y me dediqué a hacer crecer las ventas y mejorar la imagen -en lo que se podía- de la bodega y sus Vinos.
Tenían ideas directrices como que el teléfono siempre iba a sonar (para pedidos), el Vino se degusta poco y se evita hablar de precios. Yo en cambio, quería mostrar todos los buenos Vinos a todo el mundo posible, compararme con todo lo que hubiera y comercialmente tratar de entrar en todos lados, sea con una gala, sea por la ventana... JaJa!!
Tengo de los recuerdos más lindos de mi vida de esos días. Así como un amargo que nunca se me va a ir, pero que tras 12 años se puede superar fácil. Será por eso, será porque el dueño ya no lo es más, la cuestión es que un día del 40% de COTO veo una botella del Malbec de Finca La Anita y se me complicó alejarme de ella.
La agarré, miré la añada (2017), miré lo que dolía ($ 810), calculé cuanto realmente tendría que pagar por ella ($ 486) y la dejé de vuelta en su lugar, en el estante de arriba. Avancé unos pasos, paré, giré el carro 180º y volví al lugar donde la etiqueta de ese marrón o colorado tan singular y bello reinaba, en el escalón más alto del mueble (dónde iba a estar un Finca La Anita sino?).
La miré y la remiré. Y la terminé agarrando... La vida es una sola! (mi economía está golpeada).
Se acabó el Tinto que estaba tomando y la atracción fue imposible de soportar... No duró una semana en la cava (nada de guardarla para una fecha especial). Al descorche!
No me acuerdo con que lo tomé la 1ra vez, aunque sé que era cena.
Púrpura violáceo bien profundo.
En nariz muestra fruta y notitas ricas propias de la buena madera.
En boca es franco, de buena intensidad (como en nariz).
Equilibrado, goloso aunque seco, largo. Gran cuerpo.
O en otras palabras: un Vinazo! Un golazo de media cancha!
Limpiaba la boca (comiendo) para reinar solito.
Que sonrisa me saco cada vez que lo embuché!
La pucha que Vino! Después encontré que Suckling le dio 93 y Uds ya me habrán leído que suele ser un delincuente sobrepuntuador, pero esta vez estuvo bien, pues ahora 91-92 tenía y por qué no 92-93 hace poco más de un año.
Me hizo acordar al FLA Malbec 2006 que salió a la calle cuando estaba vendiendo y que durante los primeros meses estuvo magnífico, mejor que este -93 seguro y no sé si 94-, aunque al poco tiempo se cayó y se cayó (no sé por qué).
Ojalá me cruce con el Syrah 17 que el yanki le dió 94 y con un Rosado que vi por internet (novedad para mi) y poder probar los Blancos, especialmente el Sauvignon Blanc que dicen los mejoraron mucho gracias a la enología de la multinacional que compró la bodega hace casi 3 años.
No me quiero olvidar de dar las gracias por los cambios visuales en las etiquetas, que, aunque siempre fueron hermosas, ahora también son modernas.
Pero no pasó porque duré poco. Lamentablemente.
Me dio mucha bronca que me echaran -por lo que había logrado en tan solo 9 meses- y el que yo fuera el elegido para bajar sus costos. Por mi parte, estaba muy tranquilo que hice mucho más de lo previsto, a pesar que la paga nunca llegó a las promesas.
Agarré un quilombo padre, lo ordené, depuré las listas de clientes y me dediqué a hacer crecer las ventas y mejorar la imagen -en lo que se podía- de la bodega y sus Vinos.
Tenían ideas directrices como que el teléfono siempre iba a sonar (para pedidos), el Vino se degusta poco y se evita hablar de precios. Yo en cambio, quería mostrar todos los buenos Vinos a todo el mundo posible, compararme con todo lo que hubiera y comercialmente tratar de entrar en todos lados, sea con una gala, sea por la ventana... JaJa!!
Tengo de los recuerdos más lindos de mi vida de esos días. Así como un amargo que nunca se me va a ir, pero que tras 12 años se puede superar fácil. Será por eso, será porque el dueño ya no lo es más, la cuestión es que un día del 40% de COTO veo una botella del Malbec de Finca La Anita y se me complicó alejarme de ella.
La agarré, miré la añada (2017), miré lo que dolía ($ 810), calculé cuanto realmente tendría que pagar por ella ($ 486) y la dejé de vuelta en su lugar, en el estante de arriba. Avancé unos pasos, paré, giré el carro 180º y volví al lugar donde la etiqueta de ese marrón o colorado tan singular y bello reinaba, en el escalón más alto del mueble (dónde iba a estar un Finca La Anita sino?).
La miré y la remiré. Y la terminé agarrando... La vida es una sola! (mi economía está golpeada).
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Se acabó el Tinto que estaba tomando y la atracción fue imposible de soportar... No duró una semana en la cava (nada de guardarla para una fecha especial). Al descorche!
No me acuerdo con que lo tomé la 1ra vez, aunque sé que era cena.
Púrpura violáceo bien profundo.
En nariz muestra fruta y notitas ricas propias de la buena madera.
En boca es franco, de buena intensidad (como en nariz).
Equilibrado, goloso aunque seco, largo. Gran cuerpo.
O en otras palabras: un Vinazo! Un golazo de media cancha!
Limpiaba la boca (comiendo) para reinar solito.
Que sonrisa me saco cada vez que lo embuché!
La pucha que Vino! Después encontré que Suckling le dio 93 y Uds ya me habrán leído que suele ser un delincuente sobrepuntuador, pero esta vez estuvo bien, pues ahora 91-92 tenía y por qué no 92-93 hace poco más de un año.
Me hizo acordar al FLA Malbec 2006 que salió a la calle cuando estaba vendiendo y que durante los primeros meses estuvo magnífico, mejor que este -93 seguro y no sé si 94-, aunque al poco tiempo se cayó y se cayó (no sé por qué).
Ojalá me cruce con el Syrah 17 que el yanki le dió 94 y con un Rosado que vi por internet (novedad para mi) y poder probar los Blancos, especialmente el Sauvignon Blanc que dicen los mejoraron mucho gracias a la enología de la multinacional que compró la bodega hace casi 3 años.
No me quiero olvidar de dar las gracias por los cambios visuales en las etiquetas, que, aunque siempre fueron hermosas, ahora también son modernas.