8 Años - Anexo I

Como decía en la 1er nota del 8vo cumpleaños del blog, este pasado fue un año flojo. Pero quiero aclarar que no fue flojo en cuestión de tomar y del disfrute anexo al Vino.
Quizás lo más importante, es que tuve la suerte de viajar a Mendoza recién cumplidos los 7 años y la pasé/pasamos (parte la pasamos con mi esposa) muy bien. Pero bueno, la cara mala es que en 2016 no pude volver a viajar porque no me alcanzó -cosa de mandinga, no?- y que las crónicas de la visita todavía la debo...

El mundo del Vino anda complicado, entiendo que más que otros años: los latigazos pre-devaluatorios, los de la linda devaluación a la semana de asumir el nuevo gobierno nacional y los de su libre traslado a precios -sea por costos o porque sí-. La peor cosecha de los últimos 20 años, más que nada por volumen. Lo corto de lo que les sirvió la fuerte devalución para las exportaciones -realmente alguno creía que no era pan para hoy y hambre para mañana?-. Sufrir la inflación más alta de los últimos 14 años. Etc., etc..

Aunque por supuesto que hay bodegas a las que le va bien -las grandes?-, hay bodegueros que saben trabajar y ni hablar las grandes empresas. Así mismo, supongo habrá distribuidoras y hasta vinotecas a las que les va bien.
Noto que lo de las ferias se ha multiplicado, aunque no sé que resultado real obtuvieron -entiendo que a las históricas o que venían con historial se les complicó-.

A nosotros consumidores se nos complicó, eso no hay duda.
Peor para los que consumen Vinos menos costosos, por aumentar mucho más en porcentaje. El consumo cayó más fuerte que en cualquier año desde hace más de 14 al menos.
Y esto, a pesar que la oferta siguió expandiéndose -y van a seguir saliendo nuevos Vinos, nuevas líneas de Vinos y nuevas bodegas o emprendimientos de elaboración de Vinos por varios años más, pues es un negocio que tarda años en mostrar los resultados-.
Claro está, que el consumo baja porque las mayorías tiene menos dinero disponible -o el dinero les rinde menos: los precios y los servicios -públicos más que nada- suben por el ascensor y los sueldos por la escalera.

En fin, no hay mucho más que explicar o profundizar, por lo menos para mi, todo esto -lo malo-, era lo previsible y pudo ser peor -no lo de la cosecha: ahí fue la naturaleza-. Ojalá haya cambios positivos -aunque sea por cuestiones electorales- y no sigamos retrocediendo. La felicidad del Pueblo debería ser siempre el rumbo y el Vino tiene que ser parte de la felicidad.


Po último, les aviso que llegan los Premios Cuervo 2015-2016.
En días nomás.


Un abrazo a tod@s!!