Hace unos días salió una nota en el diario de Mitre con el título Ya cerraron más de 300 restaurantes, afirmación temeraria para las pruebas ofrecidas en la misma. La volanta dice Gastronomía y crisis / Palermo, la zona más afectada y la bajada (copete) menciona que Ocurrió en los últimos cinco meses por la caída del consumo y la suba de los alquileres, según la cámara que agrupa al sector. En el segundo párrafo afirman que comprobaron el cierre de numerosos restaurantes, especialmente en la zona de Palermo y nombra 11... Ejem, que pocos, no?
Resulta que un mes antes, el mismo medio se publicó otra nota del mismo tono: ¿Por qué cierran tantos restaurantes en Buenos Aires?. Aunque en esta, el autor -Alejandro Maglione- está más embebido del tema gastronómico y hace un planteo muy distinto. Esto es, de un comentario -aunque lo llama registro- del cierre de entre 200 y 300 -un manejo de cifras a la vista muy imprudente- restaurantes, encara la nota para el lado de las recomendaciones a los consumidores y los consejos empresarios. Igualmente, vale aclarar que no nombra ni un restó cerrado en las semanas o meses recientes (antes de unas muy escasas recomendaciones (3), le pega a Dorá -Reconquista 1076- diciendo que afanaban a los turistas con los precios y tuvo que cerrar. Cuando lo que pasó, es que Dorá se mudó -en 2006- a una calle de distancia -y va a volver a Alem en breve- por problemas derivados del asesinato de una socia en ese año).
Poco serios los números grandilocuentes de ambas notas.
En la más reciente, Pablo Tomino -no lo voy a llamar periodista, no?- nombra 11 restós (de más de 300, recordemos...) y de esos, sé la historia real de dos por un trabajo anterior. Christophe cerró por la mala Relación Precio Calidad del boliche: no le entró más gente -sino, mirar los comentarios de Guía Óleo-. Y Burzako, por vencimiento y no renovación del contrato de alquiler -mantiene Cariló y la idea es reabrir en Lomas de Zamora en breve-.
Como bien dice Alejandro Maglione "el de la gastronomía, valga la pena aclararlo, es uno de los negocios con mayor índice de natalidad, así como de mortalidad. Por eso, nada que llame la atención, porque era evidente que algo de esto se veía venir para cualquiera que manejara un ábaco y fuera bueno para las sumas y restas".
Hay crisis, pero no hace falta mentir para que sea preocupante.
Resulta que un mes antes, el mismo medio se publicó otra nota del mismo tono: ¿Por qué cierran tantos restaurantes en Buenos Aires?. Aunque en esta, el autor -Alejandro Maglione- está más embebido del tema gastronómico y hace un planteo muy distinto. Esto es, de un comentario -aunque lo llama registro- del cierre de entre 200 y 300 -un manejo de cifras a la vista muy imprudente- restaurantes, encara la nota para el lado de las recomendaciones a los consumidores y los consejos empresarios. Igualmente, vale aclarar que no nombra ni un restó cerrado en las semanas o meses recientes (antes de unas muy escasas recomendaciones (3), le pega a Dorá -Reconquista 1076- diciendo que afanaban a los turistas con los precios y tuvo que cerrar. Cuando lo que pasó, es que Dorá se mudó -en 2006- a una calle de distancia -y va a volver a Alem en breve- por problemas derivados del asesinato de una socia en ese año).
Poco serios los números grandilocuentes de ambas notas.
En la más reciente, Pablo Tomino -no lo voy a llamar periodista, no?- nombra 11 restós (de más de 300, recordemos...) y de esos, sé la historia real de dos por un trabajo anterior. Christophe cerró por la mala Relación Precio Calidad del boliche: no le entró más gente -sino, mirar los comentarios de Guía Óleo-. Y Burzako, por vencimiento y no renovación del contrato de alquiler -mantiene Cariló y la idea es reabrir en Lomas de Zamora en breve-.
Como bien dice Alejandro Maglione "el de la gastronomía, valga la pena aclararlo, es uno de los negocios con mayor índice de natalidad, así como de mortalidad. Por eso, nada que llame la atención, porque era evidente que algo de esto se veía venir para cualquiera que manejara un ábaco y fuera bueno para las sumas y restas".
Hay crisis, pero no hace falta mentir para que sea preocupante.
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