Ayer nos dejó Don Raúl de la Mota, enólogo que tuvo los mayores reconocimientos.
A los 90 años, este sanjuanino maestro de maestros, deja un gran legado.
Más allá de los puestos que ocupó en el Estado, en bodegas, en agrupaciones y asociaciones vinculadas al mundo del vino, fue un pionero de la enología moderna y pieza clave en la reconversión vitivinícola de Mendoza.
Fue el primero en vinificar por Varietales en nuestro país. En el INTA tuvo un rol protagónico en la reconversión Varietal de los vinos locales.
En 2005, la Asociación Mundial de Periodistas y Escritores de Vinos y Licores, con sede en Burdeos, lo nombró Mejor Enólogo del siglo XX en la Argentina.
Entre cientos de vinos, elaboró el primer Syrah embotellado (con ese nombre), creó los Caballero de la Cepa (y el nombre mismo) de Finca Flichman y el Malbec Estrella 1977 (WA 94), el primer y encima gran vino argentino, probado por Robert Parker.
Su última creación lleva directamente su nombre: Kinien de Don Raúl. Pues él, visitando Ruca Malen, cortó el mejor Malbec que tenían, logrando un Tinto con más fineza, con más suavidad.
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