Después de una semana extenuante en cuanto a catas (Martes: 12 etiquetas a Ciegas en Ozono, Miércoles: otras 12 en la Reunión de bienvenida a BsAs a WineMDQ, Jueves y viernes: sesiones de 4 y 5 horas en la feria Cuisine) y un fin de semana disfrutando (entre otras cosas) del triunfo de la Selección Nacional ante Nigeria -Toti: la tenés adentrooo...- y de McLaren-Mercedes y sus campeones en el Gran Premio F1 de Canadá -Grande Hamilton!-; empiezo a recuperar la senda de contar mis vivencias con el Vino y justamente voy con la feria porteña más topísima...
Cuisine & Vins Expo 2010
9 al 11 de junio. Decimoséptima edición. Palacio Paz (Círculo Militar, Retiro)
Novedad: sumando $ 30 a los 70 de la entrada general, se franqueaba el paso a un vip del 1er piso (Salón Bicentenario). Allí estaban los 200 mejores vinos de la Argentina según un jurado liderado por Enrique Chrabolowsky y Aldo Graziani y elegidos entre 500 etiquetas de más de $ 50 a ciegas.
Sociales
El jueves disfruté de ir junto a José de WineMDQ a recorrer la feria.
Un gusto haber conocido a Claudia Altamira (de Telteca-Finca Agostino), Gabriela Pulenta (Augusto Pulenta), Agustina (representando a Domaine Jean Bousquet), Santiago Santamaría (Melipal) y Thierry Boulenger (Distribuidora Carmín).
Y ni hablar de los reencuentros con Eliana y Mariana (en Augusto Pulenta), Brigitte y Philippe Subra (CarinaE), Eduardo del Gesso (Portal Andino), Miguel Zuccardi (Zuccardi), Gustavo Paolucci (Grupo Clos de Los Siete), Mariano Siedlecki (Grupo Catena), Marcelo (en Telteca), Noelia y Martín (Ozono) y un montón de amigas y amigos más.
Feria
2da Vez y me sigue sin gustar mucho... (1ra acá)
Me gusta que sea en Junio (clima freco a frío) y el ambiente del Palacio Paz.
Me gustaron las temperaturas de servicio en gral. y las comiditas que cacé del Club del Progreso.
No me gusta la pobre iluminación (histórica?) en la mayoría de los Stands de Vinos y el volumen de la música bolichera de fondo (nada funcional).
foto de edición anterior
No me gustó lo de las pocas bodegas presentes (28 conté. Las gacetillas* vendían 100 empresas (acá su propia data suma 40)... Se ve que tienen previa matemáticas).
*Otro dato extraño de las gacetillas es que afirman que la media es que pasen 20.000 personas por edición y siendo 3 días los del evento, da casi 6700 por jornada: si esto fuera cierto, además de colapsar a la media hora (y otra que caos de tránsito!!), nadie volvería al año siguiente a sufrir el peor amontonamiento en un palacio principesco, no?. Vinos de Lujo, su competidora directa, se jacta de limitar a 800 personas diarias la concurrencia.
El Salón de Alta Gama, AKA Salón Bicentenario, es un invento conocido y usado hasta por Vinos y Bodegas. Sirve para aumentar los ingresos sin subir (o subiendo menos) los precios de las entradas ahora comunes. Se elige la nata de lo mostrable y se le pone un plus en metálico para acceder: funciona seguro en la 1ra edición (la novedad).
El tema es que siempre salió mal y esta no fue la excepción.
El jueves viví un amontonamiento a partir de las 20 hs que se fue haciendo comparable al 60 o el subte en horario pico ¿Para qué??
Poco espacio para el público y demasiado para los que servían el vino. Y sobre esos jóvenes que trabajaron poniendo supongo la mejor voluntad: poco sabían de lo que servían (algunos directamente daban muy mal los precios). Andá a preguntarles de que zona era el Vino nomás (preguntar sobre % de los Cortes o de qué bodega era -cuando no es evidente- era jugarles sucio). Algunos servían en forma muy amarreta.
La feria dispuso un sistema de cata de etiquetas a cambio de cupones: 6 cupones para degustar y un lindo copón. Es decir, yendo los 3 días, solo podías degustar 30 de los 200 del Bicentenario. Y sí, hay que poner límites como a los chicos, pero sin llegar a frustrar a la concurrencia. No vaya a ser que los conozcamos a todos y se acabe la fantasía.
Patético
Traspasando cualquier límite en el gusto, fue lo del olor reinante en el Salón Deli y sus influencias. En el balcón del salón tenían un equipo electrógeno que estaría perdiendo nafta o algo así y su puerta abierta: corría fuerte un viento fresco, pero que impregnaba todo con ese hermoso olor a gasolina...
La contaminación de la última jornada hizo que directamente no me aceptaran a la mesa al regreso a casa, a pesar que me esperaron coordinadamente a comer unas ricas pizzas: como en los accidentes nucleares, tuve que ducharme y cambiarme de ropa (a mil, para que no se pase la comida).
Por último, el detalle menor de que no me acreditaron para Prensa ¿Será que saben que no copio y pego gacetillas?
Cuisine & Vins Expo 2010
9 al 11 de junio. Decimoséptima edición. Palacio Paz (Círculo Militar, Retiro)
Novedad: sumando $ 30 a los 70 de la entrada general, se franqueaba el paso a un vip del 1er piso (Salón Bicentenario). Allí estaban los 200 mejores vinos de la Argentina según un jurado liderado por Enrique Chrabolowsky y Aldo Graziani y elegidos entre 500 etiquetas de más de $ 50 a ciegas.
Sociales
El jueves disfruté de ir junto a José de WineMDQ a recorrer la feria.
Un gusto haber conocido a Claudia Altamira (de Telteca-Finca Agostino), Gabriela Pulenta (Augusto Pulenta), Agustina (representando a Domaine Jean Bousquet), Santiago Santamaría (Melipal) y Thierry Boulenger (Distribuidora Carmín).
Y ni hablar de los reencuentros con Eliana y Mariana (en Augusto Pulenta), Brigitte y Philippe Subra (CarinaE), Eduardo del Gesso (Portal Andino), Miguel Zuccardi (Zuccardi), Gustavo Paolucci (Grupo Clos de Los Siete), Mariano Siedlecki (Grupo Catena), Marcelo (en Telteca), Noelia y Martín (Ozono) y un montón de amigas y amigos más.
Feria
2da Vez y me sigue sin gustar mucho... (1ra acá)
Me gusta que sea en Junio (clima freco a frío) y el ambiente del Palacio Paz.
Me gustaron las temperaturas de servicio en gral. y las comiditas que cacé del Club del Progreso.
No me gusta la pobre iluminación (histórica?) en la mayoría de los Stands de Vinos y el volumen de la música bolichera de fondo (nada funcional).
No me gustó lo de las pocas bodegas presentes (28 conté. Las gacetillas* vendían 100 empresas (acá su propia data suma 40)... Se ve que tienen previa matemáticas).
*Otro dato extraño de las gacetillas es que afirman que la media es que pasen 20.000 personas por edición y siendo 3 días los del evento, da casi 6700 por jornada: si esto fuera cierto, además de colapsar a la media hora (y otra que caos de tránsito!!), nadie volvería al año siguiente a sufrir el peor amontonamiento en un palacio principesco, no?. Vinos de Lujo, su competidora directa, se jacta de limitar a 800 personas diarias la concurrencia.
El Salón de Alta Gama, AKA Salón Bicentenario, es un invento conocido y usado hasta por Vinos y Bodegas. Sirve para aumentar los ingresos sin subir (o subiendo menos) los precios de las entradas ahora comunes. Se elige la nata de lo mostrable y se le pone un plus en metálico para acceder: funciona seguro en la 1ra edición (la novedad).
El tema es que siempre salió mal y esta no fue la excepción.
El jueves viví un amontonamiento a partir de las 20 hs que se fue haciendo comparable al 60 o el subte en horario pico ¿Para qué??
Poco espacio para el público y demasiado para los que servían el vino. Y sobre esos jóvenes que trabajaron poniendo supongo la mejor voluntad: poco sabían de lo que servían (algunos directamente daban muy mal los precios). Andá a preguntarles de que zona era el Vino nomás (preguntar sobre % de los Cortes o de qué bodega era -cuando no es evidente- era jugarles sucio). Algunos servían en forma muy amarreta.
La feria dispuso un sistema de cata de etiquetas a cambio de cupones: 6 cupones para degustar y un lindo copón. Es decir, yendo los 3 días, solo podías degustar 30 de los 200 del Bicentenario. Y sí, hay que poner límites como a los chicos, pero sin llegar a frustrar a la concurrencia. No vaya a ser que los conozcamos a todos y se acabe la fantasía.
Patético
Traspasando cualquier límite en el gusto, fue lo del olor reinante en el Salón Deli y sus influencias. En el balcón del salón tenían un equipo electrógeno que estaría perdiendo nafta o algo así y su puerta abierta: corría fuerte un viento fresco, pero que impregnaba todo con ese hermoso olor a gasolina...
La contaminación de la última jornada hizo que directamente no me aceptaran a la mesa al regreso a casa, a pesar que me esperaron coordinadamente a comer unas ricas pizzas: como en los accidentes nucleares, tuve que ducharme y cambiarme de ropa (a mil, para que no se pase la comida).
Por último, el detalle menor de que no me acreditaron para Prensa ¿Será que saben que no copio y pego gacetillas?
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